Lo “normal” es que toda complejidad sea allanada, sea desvestida y traducida a algún icono que se pueda consumir rápidamente y sin mayores mediaciones. En este sentido la anarquía también se ha visto operacionalizada en imágenes concretas y sin mayor elaboración. Por ejemplo, para definirse anarquista el énfasis está puesto en una serie de micro prácticas que remiten al significado global de “anarquista”. Sin ir más lejos, basta que en mi perfil de Facebook incorpore todos los iconos del anarquismo para ser catalogado de ácrata. Por ejemplo, cito a Bakuni, a Proudhon, a Malatesta, apoyo las “casa ocupa”, incorporo las películas que se vinculan con dicha tradición política y el resultado es que soy “muy” anarquista.

Sin embargo, me parece que no basta parecerlo y que, por otro lado, la complejidad de una práctica antiautoritaria traspasa las coordenadas de lo visible. Tampoco el activismo libertario se salva de esta práctica cosificadora y que podríamos llamar, siguiendo a nuestro amigo hernún, prácticas “identitarias” que solo nos desgastan y nos alejan de una vivencia que podría ser mucho más enriquecedora que la simple asimilación a un patrón de imagen “libertario”.
No da lo mismo estar a uno u otro lado de la frontera represiva, no da lo mismo que mi trabajo cotidiano, y con el que me gano la vida, sea ejercer la función de carcelero que ser un preso dentro del sistema judicial de cualquier país. No importa lo humanizada que esté mi práctica de carcelero ni lo radical de mi activismo al interior de una institución carcelaria, no da lo mismo. Creo que a falta de una consistencia mayor que vincule las opciones estructurales de mi vida a la coherencia antijerárquica y antiautoritaria, se cae en pequeñas prácticas identitarias que me hacen parecer “muy” anarquista.
Por eso, pienso que, como dicen los existencialistas, la esencia no me define a priori. No nazco siendo ni héroe, ni anarquista, ni ladrón, ni vago, me hago a través de mis opciones y soy responsable radicalmente por ellas. Por lo tanto no hay esencia anarquista con la cual calzar, es la coherencia de mis opciones la que me pondrá a uno u otro lado de la vereda y probablemente de la trinchera.
http://www.elmercuriodigital.es/
un texto muy interesante, saludos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario